EL PODER DE LA ACTITUD

Seguramente en la vida de cada uno de nosotros, en este momento, están pasando muchas cosas y alguna de ellas las calificaríamos como situaciones difíciles, injustas o incluso catastróficas. Pero aunque os sorprendáis por lo que voy a decir...”Nada de lo que nos ocurre fuera de nosotros tiene ninguna importancia”. Lo realmente importante es la forma en que nos lo tomamos, en como lo experimentamos. Esto marca la diferencia entre las distintas personas que vivencian una misma situación, y eso hace que la realidad y sus circunstancias sean relativas.
Si mil personas suman 2+2, el resultado de todos ellos será indudablemente un 4; luego 4 es un resultado absoluto. Pero si mil personas que están pasando por una misma situación –despido del trabajo, separación de la pareja, muerte de un familiar o perdida de un hijo, etc-- te cuentan como lo están experimentando y que están sintiendo, veréis que los resultados de las actitudes diferentes darán distintos resultados finales.
Lo que hace que la forma de experimentar la vida sea de distinta manera para cada uno de nosotros, viene dado por las creencias, los condicionamientos, los patrones mentales y los roles, que generan diferentes percepciones de la realidad y diferentes maneras de encararlas. Un cambio de actitud es un poder de transformación, por lo que podemos llamar a este principio “EL PODER DE LA ACTITUD”. Según este principio, conseguir la calma, la paz o la felicidad comienza con la actitud ante la vida. Todos estos estados internos son una elección que puedes escoger aquí-ahora y en cualquier otro momento y lugar. Son los pensamientos los que hacen que sea más o menos feliz, más o menos desgraciado, y no las circunstancias. Si controlas o elijes tus pensamientos, también controlaras tu vida.