Escucha el rumor del tiempo,
que tras haberse deslizado lánguidamente
por el surco de tu vida,
acaba rompiendo en trémula cascada
formando remolinos, espuma y vapor de olvido,
para volver de nuevo tras rápido titubeo
a calmar sus olas, y exhalar sobre tu destino
el frescor de la brisa, de quien espera agazapado
en el borde de su lecho.
Escucha el rumor del tiempo,
y presta atención a su cántico ahogado,
pues sabiendo que desemboca en la “Vida Una”
teme perder su única vida
y en un intento desesperado
por permanecer ajeno a su propia esencia,
arranca de su pecho
el grito que a ti despierta.
Si al sentir ese grito
nace en tu duda el desespero, sabe
que con al muerte del tiempo,
el nacimiento de la vida ha comenzado;
porque antes del fin
y después del infinito,
ya existía lo imperecedero.
11-Octubre—1984 Manuel Rojas
domingo, 11 de noviembre de 2007
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