sábado, 12 de enero de 2008

CAMBIAR DE HÁBITOS

El ser humano es muy ritualista en su vida y tiende a repetir patrones de conducta y acciones de manera continua.
Cuando un pensamiento determinado se repite las veces suficientes aparece la acción, y cuando esa acción también se repite el numero suficiente de veces, aparece el hábito.
Supongo que es imposible no tener hábitos, y en sí no es problema tenerlos ya que nos facilitan la vida y simplifican nuestra actividad cotidiana; el problema surge en el momento que uno de nuestros hábitos lo sentimos inadecuado, nos genera ansiedad o nos perjudica en algún nivel de nuestra existencia.


CAMBIAR DE HÁBITOS

Todos hacemos cosas que sabemos que no nos convienen, hábitos arraigados que se resisten a nuestra voluntad: fumar demasiado, dejarse llevar por la ira, pasarse con los dulces...
¿Qué es lo que ocurre para que, aun queriendo, no podamos eliminar estas conductas? La respuesta puede estar en uno de los principios de la programación neurolingüstica (PNL), que afirma que “cualquier conducta o emoción que uno tiene, por extraña, estúpida o dañina que parezca, en el fondo posee alguna intención o fin positivo, beneficioso, útil e importante”.

LA INTENCIÓN POSITIVA

Partiendo de esta premisa, bastaría con descubrir qué intención positiva subyace en la conducta que deseas eliminar y sustituirla por otro comportamiento que, manteniendo esa buena intención, sea inteligente y constructivo. Para ello, hay que seguir seis pasos:

1—Identifica la conducta que deseas eliminar.

2—Comunícate con tu parte responsable de dicha conducta. Para ello, relájate y piensa en los momentos en que te abandonas a ese mal hábito. ¿Qué sientes? Esa parte que siente el impulso de llevar a cabo la conducta será tu interlocutora.

3—Descubre la intención positiva del comportamiento indeseado. Puedes preguntarle a la parte responsable de la conducta limitante: “¿Qué cosa positiva haces por mí cuando actúas así? . Espera la respuesta.

4—Encuentra nuevas formas de satisfacer la intención positiva. Deja que tu mente creativa sea la que te las sugiera e indique.

5—Comprométete y pon a prueba las nuevas conductas. Pregúntale a la parte en cuestión: “¿Estás dispuesto-a usar estas nuevas alternativas en sustitución a la conducta anterior y constatar que funcionan tan bien o mejor que la anterior?”.

6—Comprueba que nada se opone al cambio y que con la nueva actitud eres más feliz y te sientes más completo y equilibrado.

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Mike Oldfield Let There Be Light


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