La vida es como un flujo, donde se puede ir a favor o en contra de la corriente.
A veces parece que todo va en contra de nosotros. Todo son obstáculos, problemas y conflictos. En esos momentos, quizá deberíamos preguntarnos si no vamos en contra de la corriente de la vida.
Si nadáis en un rio a contracorriente os daréis cuenta de que apenas avanzáis, y que este poco avance requiere mucho esfuerzo y energía. Además es fácil que un objeto, por ejemplo un tronco, que baja por el rio os golpee con fuerza, generando dolor y sufrimiento.
Por el contrario, cuando se nada a favor de la corriente, se avanza muy rápidamente, apenas sin hacer esfuerzo, e incluso puede que se nos acerque un objeto que podamos utilizar para descansar y dejar que nos lleve.
Cuando nuestros pensamientos, actitudes y actos están sintonizados con el flujo de la vida, ella se muestra amable y fácil. Por el contrario la inconsciencia, la ignorancia y las actitudes egoístas y negativas nos desvían del curso natural de la vida, produciendo conflicto, sufrimiento y dolor.
Manuel Rojas
Para una contracorriente, una contradanza
viernes, 24 de abril de 2009
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