Le preguntaron al Dalai Lama como lograba ese estado de concordia, amistad y empatía cuando le presentaban a una persona por primera vez, él respondió que cuando conoce a alguien, ya sabe dos cosas de esa persona.
1) Quiere ser feliz
2) No quiere sufrir
Ya puede ser un europeo caucasiano, un yanomami del amazonas o un bosquimano africano; todo el mundo quiere ser feliz y nadie quiere sufrir… o acaso vosotros ¿conocéis a alguien que le guste sufrir?
Otra cosa es que en el intento de ser feliz, nos equivoquemos de camino y acabemos pasándolo muy mal, fastidiando nuestra vida y la de los que nos rodean. Pero todo lo que hacemos, en el fondo, tiene el propósito de evitar el sufrimiento y acercarnos, lo más posible, a la dicha y la felicidad.
Para mucha gente condicionada, existen multitud de factores que sienten que los separan de los demás: El sexo, el color, la raza, la religión, los nacionalismos, etc. Pero todo esto es relativo. Por otro lado ser consciente de que todo el mundo quiere lo mismo, es centrarse en lo que nos une y nos hace iguales los unos a los otros, y esto es un hecho absoluto.
A mí me parece una gran enseñanza y cuando me presentan a alguien por primera vez, siempre pienso en lo que nos hace iguales: No queremos sufrir y queremos ser felices, entonces sonrío y comienzo la relación desde la confianza.
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12 girl band concerto 08
1 comentario:
Que sabio y que sencillo, este magistral comentario ademas de enseñarnos algo tan sencillo que parece imposible que no se nos haya ocurrido antes,nos deberia hacer pensar que las cosas mas maravillosas las vamos a encontras en las palabras y hechos sencillos.
¡Como nos complicamos la vida buscando la felicidad¡ cuando a lo mejor la encontrariamos dejando de sufrir por no tenerla y teniendo muy en cuenta que los demas tambien persiguen lo mismo.
Marisa.
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