miércoles, 30 de diciembre de 2009

EL VIAJE DE LA VIDA


El viaje de la vida, de mucha gente, se parece a un trayecto en avión desde la ciudad de origen hacia una ciudad lejana llamada “felicidad citi”.
En principio alzan el vuelo hasta la altura correcta, trazan la ruta y colocan el piloto automático. En algún punto del trayecto la luz y la alarma del altímetro suenan para indicar que la altitud no es correcta; después el indicador de velocidad centellea porque la velocidad se ha desajustado. Otra alarma, esta vez la de la presión en cabina avisa de que algo no va bien.
Y otra alarma, y otra luz indican la necesidad de hacer correcciones de otros parámetros, pero siguen con el piloto automático en lugar de desconectarlo y hacerse con el control de los mandos. Luego, en algún lugar el avión se estrella y ellos se preguntan cómo ha podido ocurrir.


Todos buscamos estar bien, no sufrir y ser felices (felicidad citi), para ello trazamos una ruta psicológica de actuación, y a través del hábito ponemos el piloto automático. Pero si en ese viaje, comienzan a sonar las alarmas, y vemos que las cosas que nos pasan, no nos están llevando a ese “contento interior”, y que el dolor y sufrimiento aparecen continuamente, aumentando momento a momento como pesadas alarmas. Quizás haya llegado el momento de coger las riendas de nuestra vida y hacer las correcciones adecuadas antes de estrellarnos en un mar de crisis.

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