Todo místico que ha tenido un éxtasis, en un estado de consciencia alterado, se encuentra con el problema de que cuando intentar explicar su experiencia, carece de palabras y modelos conceptuales para expresarlos.
Un ejemplo lo tenemos en estas coplas de San Juan de la Cruz.
Coplas hechas sobre un éxtasis contemplativo.
Entréme donde no supe y quedéme no sabiendo, toda ciencia trascendiendo.
1. Yo no supe dónde estaba, pero, cuando allí me vi, sin saber dónde me estaba, grandes cosas entendí; no diré lo que sentí, que me quedé no sabiendo, toda ciencia trascendiendo.
2. De paz y de piedad era la ciencia perfecta, en profunda soledad entendida, vía recta; era cosa tan secreta, que me quedé balbuciendo, toda ciencia trascendiendo.
3. Estaba tan embebido, tan absorto y ajenado, que se quedó mi sentido de todo sentir privado, y el espíritu dotado de un entender no entendiendo, toda ciencia trascendiendo.
4. El que allí llega de vero de sí mismo desfallece; cuanto sabía primero mucho bajo le parece, y su ciencia tanto crece, que se queda no sabiendo,toda ciencia trascendiendo.
5. Cuanto más alto se sube, tanto menos se entendía, que es la tenebrosa nube que a la noche esclarecía: por eso quien la sabía queda siempre no sabiendo, toda ciencia trascendiendo.
6. Este saber no sabiendo es de tan alto poder, que los sabios arguyendo jamás le pueden vencer; que no llega su saber a no entender entendiendo, toda ciencia trascendiendo.
7. Y es de tan alta excelencia aqueste sumo saber,que no hay facultad ni ciencia que la puedan emprender; quien se supiere vencer con un no saber sabiendo, irá siempre trascendiendo.
8. Y, si lo queréis oír, consiste esta suma ciencia en un subido sentir de la divinal esencia; es obra de su clemencia hacer quedar no entendiendo, toda ciencia trascendiendo.
Hoy en la música vuelvo a retomar a Yanni en uno de sus conciertos más increíbles de los que yo conozco, y que os aconsejo que os hagáis con él “The Concert Event”, y esta vez, en contraposición con otras entradas donde os puse temas más energetizantes, os propongo dos temas suaves pero que ponen los pelos de punta por las emociones que generan.
En el primer tema uno se sumerge místicamente en los sonidos armenios con el duduk y el violín, y en el segundo la melodía toma forma de poesía gracias al piano y el violín, pero luego el violín llora con los sonidos armenios más delicados y desgarradores que te puedas imaginar.
De verdad, escucharlos hasta el final. Ya me diréis algo.
ERRORES AJENOS
Hace mucho tiempo, habia una posada llamada "La estrella de plata". El posadero, a pesar de que hacia cuanto podía por atraer a la clientela esforzándose en hacer confortable la posada, atender cordialmente a los clientes y cobrar precios razonables, no encontraba manera de que le alcanzara el dinero.
Desesperado, acudió a consultar a un sabio.
El sabio, tras escuchar sus lamentos, le dijo: Es muy sencillo. Lo único que tienes que hacer es cambiar el nombre de la posada.
-¡Imposible! -- dijo el posadero-- ¡Se ha llamado "La estrella de plata" durante generaciones, y así se la conoce en todo el país!
-No -replicó el Sabio enérgicamente- a partir de ahora debes llamarla "Las cinco campanas" y colgar seis campanas sobre la entrada.
-¿Seis campanas? ¡Eso es absurdo! ¿Para qué va a servir?
-Inténtalo, y lo verás- le respondió el Sabio sonriendo.
De modo que el posadero hizo lo que se la había dicho. Y sucedió lo siguiente: todo viajero que pasaba por delante de la posada entraba en ella para advertir al posadero acerca del error, creyendo que nadie hasta entonces habia reparado en ello. Una vez dentro, quedaba tan impresionado por la cordialidad del servicio, que se alojaba en la posada, con lo que el posadero
llegó a amasar la fortuna que durante tanto tiempo había buscado en vano.
Hay pocas cosas que satisfagan más nuestro ego que el corregir los errores de los demás.
domingo, 9 de noviembre de 2008
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