El Solsticio de Verano se celebra, en el hemisferio norte, la víspera del 21 de Junio, aunque la fecha exacta puede oscilar entre los días 20 a 22 de este mismo mes. Este es el día más largo del año.
La celebración del solsticio de verano, es tan antigua como la misma humanidad.
Se trata de una fecha cargada de simbolismos y de magia, en la que las deidades de la naturaleza, las hadas y los duendes andan sueltos por los campos para bendecirlos, siendo posible tropezarse o comunicarse con ellos . Esa noche se abren las puertas inter-dimensionales, así como se multiplican los encantamientos. En definitiva, la atmósfera se carga de un aliento sobrenatural que impregna cada lugar de magia y es el momento propicio para estremecernos, ilusionarnos y narrar a nuestros hijos, nietos o amigos toda clase de anécdotas y cuentos sanjuaneros que nos sepamos.
Las celebraciones del Solsticio de Verano están repletas de símbolos y otras alusiones de carácter solar, como las hogueras (encendidas con el doble propósito de proteger y purificar, y ayudar al Dios Sol a mantener vivo su poder)
Es un festival de fuego solar, pero también lo es de agua: el fuego representa a la deidad masculina, mientras que el agua hace lo propio con la deidad femenina.
En esta noche, tradicionalmente, se recolectan las hierbas mágicas y medicinales que se usarán durante el resto del año, así como también se recoge agua de los manantiales o del mar a la que se le atribuye milagrosas propiedades por estar situado el Sol a cero grados de Cáncer, signo de agua.
Otra de las costumbres, que dio a esta fiesta el apelativo de "verbena", era la costumbre ,practicada en algunos lugares por las mozas casaderas ,de ir a recoger verbena a las doce de la noche la víspera de San Juan, creyendo que con ello conseguirían el amor del deseado por su corazón. Igualmente existían numerosos ritos y filtros de amor en torno a dicha planta.
Antes de cristianizarse esta fiesta, los pueblos de Europa encendían hogueras en sus campos para ayudar al Sol en un acto simbólico con la finalidad de que “no perdiera fuerzas”. En su conciencia interna sabían que el fuego destruye lo malo y lo dañino. Los druidas hacían pasar el ganado entre las llamas para purificarlo y defenderlo contra las enfermedades y rogaban a los dioses que el año fuera fructífero y solían sacrificar algún animal, para que sus plegarias fueran mejor atendidas.
Las fiestas griegas dedicadas al dios Apolo, se celebraban en el solsticio de verano encendiendo grandes hogueras de carácter purificador.
Los romanos, por su parte, dedicaron a la diosa de la guerra Minerva unas fiestas con fuegos y tenían la costumbre de saltar tres veces sobre las llamas y por entonces, se atribuían propiedades medicinales a la hierbas recogidas en aquellos días.
La celebración del solsticio de verano, es tan antigua como la misma humanidad.
Se trata de una fecha cargada de simbolismos y de magia, en la que las deidades de la naturaleza, las hadas y los duendes andan sueltos por los campos para bendecirlos, siendo posible tropezarse o comunicarse con ellos . Esa noche se abren las puertas inter-dimensionales, así como se multiplican los encantamientos. En definitiva, la atmósfera se carga de un aliento sobrenatural que impregna cada lugar de magia y es el momento propicio para estremecernos, ilusionarnos y narrar a nuestros hijos, nietos o amigos toda clase de anécdotas y cuentos sanjuaneros que nos sepamos.
Las celebraciones del Solsticio de Verano están repletas de símbolos y otras alusiones de carácter solar, como las hogueras (encendidas con el doble propósito de proteger y purificar, y ayudar al Dios Sol a mantener vivo su poder)
Es un festival de fuego solar, pero también lo es de agua: el fuego representa a la deidad masculina, mientras que el agua hace lo propio con la deidad femenina.
En esta noche, tradicionalmente, se recolectan las hierbas mágicas y medicinales que se usarán durante el resto del año, así como también se recoge agua de los manantiales o del mar a la que se le atribuye milagrosas propiedades por estar situado el Sol a cero grados de Cáncer, signo de agua.
Otra de las costumbres, que dio a esta fiesta el apelativo de "verbena", era la costumbre ,practicada en algunos lugares por las mozas casaderas ,de ir a recoger verbena a las doce de la noche la víspera de San Juan, creyendo que con ello conseguirían el amor del deseado por su corazón. Igualmente existían numerosos ritos y filtros de amor en torno a dicha planta.
Antes de cristianizarse esta fiesta, los pueblos de Europa encendían hogueras en sus campos para ayudar al Sol en un acto simbólico con la finalidad de que “no perdiera fuerzas”. En su conciencia interna sabían que el fuego destruye lo malo y lo dañino. Los druidas hacían pasar el ganado entre las llamas para purificarlo y defenderlo contra las enfermedades y rogaban a los dioses que el año fuera fructífero y solían sacrificar algún animal, para que sus plegarias fueran mejor atendidas.
Las fiestas griegas dedicadas al dios Apolo, se celebraban en el solsticio de verano encendiendo grandes hogueras de carácter purificador.
Los romanos, por su parte, dedicaron a la diosa de la guerra Minerva unas fiestas con fuegos y tenían la costumbre de saltar tres veces sobre las llamas y por entonces, se atribuían propiedades medicinales a la hierbas recogidas en aquellos días.
Tomas San Miguel + txalaparta: Noche de San Juan
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En esta noche se rinde culto al Sol con la hoguera que es nutridora del sol. Esta es la práctica mas afincada, a su alrededor se salta y baila hasta que amanece, se quema lo antiguo dando paso al futuro. También se rinde culto al agua y se considera que a partir de las doce de ésta noche, el agua está bendita, es milagrosa, cura enfermedades y proporciona la felicidad
Existen muchos rituales para esta noche, pero todos usan los mismos simbolismos. En mi caso en particular, como ritual para esta noche mágica nos vestiremos de blanco o crudo, como símbolo de luz, y nos rodearemos de fuego y agua (antorchas, velas, fuentes, etc).
Se recogerán tréboles para la buena suerte, y cortaremos unas ramas de laureles para limpiarnos de las malas energías. El laurel, además es un símbolo de victoria y ahuyenta los malos espíritus.
Saltaremos por encima de una pequeña hoguera para purificarnos. Formaremos un circulo alrededor de ella. Nos concentraremos fijando la atención en nuestro buen propósito, y si lo deseamos escribiremos en dos hojas de papel, en una lo negativo que quemaremos en la hoguera y en otro lo que deseamos que suceda, que guardaremos hasta la próxima noche de San Juan. Todo ello unido a una buena compañía con buena música y comida, y como no…aquí en Barcelona con la coca de San Juan.
Con la culminación del Ritual de la Noche de San Juan hemos conseguido una vez más que la luz triunfe sobre las tinieblas, que el lado oscuro quede sepultado definitivamente bajo la espléndida luz blanca que acompaña todo lo bueno. O al menos, eso es lo que nos gustaría creer.
Un abrazo San Juanero a todos.
Videoclip de Fiesta Pagana (Mago de Oz)