lunes, 26 de abril de 2010

UN MINUTO SIRVE PARA...



Un minuto sirve para sonreír.Sonreír para el otro, para tí y para la vida.
Un minuto sirve para ver el camino, admirar una flor, sentir el perfume de la flor, sentir el césped mojado, percibir la transparencia del agua…reflejarse en los ojos de otro…Se requiere apenas de un minuto para evaluar la inmensidad del infinito, aunque sin poder entenderlo.Un minuto apenas para escuchar el canto de los pájaros.
Un minuto sirve para oír el silencio, o comenzar una canción.Es en un minuto en que uno dice el “sí” o el “no” que cambiará toda su vida.Un minuto para un apretón de mano y conquistar un nuevo amigo.Un minuto para sentir la responsabilidad pesar en los hombros, la tristeza de la derrota, la amargura de la incertidumbre, la ansiedad de la espera, la marca de la decepción, la alegría de la victoria.En un minuto se puede amar, buscar, compartir, perdonar, esperar, creer, vencer y ser.En un simple minuto se puede salvar una vida…Tan sólo un minuto para incentivar a alguien o desanimarlo.Un minuto para comenzar la reconstrucción de un hogar o de una vida.Basta un minuto de atención para hacer feliz a un hijo, un padre, un amigo, un alumno, un profesor, a un ser…
Solo un minuto para entender que la eternidad está hecha de minutos.De todos los minutos bien vividos.Un minuto… Cuántas veces los dejamos pasar sin darnos cuenta… pero también cuántas veces traemos a nuestras vidas los recuerdos de los minutos vividos llenos de felicidad, de alegría y también de tristezas.Decimos “un minuto” y nos parece nada.
Pero cómo se aprecia ese minuto al levantar la mano y saludar a un amigo que se va para siempre, cómo se valora ese minuto que hace que lleguemos tarde a nuestros trabajos, cómo se espera ese minuto que nos lleva a reunirnos con los que amamos, cómo nos llena de emoción ese minuto en que nos entregan a nuestro hijo al nacer, y cómo también deseamos que la vida le otorgue más minutos a quien la muerte separará físicamente de nosotros y no veremos más.Un minuto… parece increíble… parece tan poquito y sin embargo puede dejar una huella tan profunda en nuestra vida.Lo importante es no vivir la vida porque sí, dejando pasar el tiempo. Alguien alguna vez dijo: “Vive cada minuto como si fuera el último”.Si todos recordáramos esa frase a diario aprenderíamos a vivir la vida intensamente.Aprenderíamos a no posponer las emociones más lindas de la vida pensando que “si no es hoy será mañana”.Tu tiempo es ahora… el futuro es incierto…Vive cada minuto intensamente.La vida es Hoy… Que el reloj de tu vida marque cada minuto al compás de los latidos de tu corazón.

LA VIDA ES MOVIMIENTO

La fuerza de vida crea un movimiento espiral del centro a la periferia. Cada átomo tiene su movimiento específico, cada célula, cada órgano el suyo, y el cuerpo como suma total de todos los movimientos tiene un ritmo total intrínseco propio.
Todos los organismos vivos se componen de células, y estas están dotadas de:

una memoria (patrimonio genético), una conciencia (fisiológicamente sabe cómo reaccionar y en caso de dificultad, hará todo lo necesario para sobrevivir) ,y también de un movimiento o ley de “Dilatación-retracción”.
La dilatación o expansión: Es la actuación de una célula para nutrirse, intercambiar y comunicarse con su entorno y aumentar su espacio vital e irradiar su fuerza.
La contracción o retracción: Es el proceso por el cual la célula, cuando se encuentra en una situación de peligro, rompe el contacto con el medio externo, se repliega sobre si misma y concentra su fuerza vital a fin de reservarla para poder sobrevivir.
La retracción es temporal, respondiendo a una situación de peligro pasajera, pero puede llegar a ser duradera si se percibe que la amenaza es permanente.
Nosotros tenemos -como seres pluricelulares- igualmente un pulso de vida, un ritmo y cuando se vive plenamente se vibra, pero a menudo en vez de vivir, no hacemos más que sobrevivir.
“Me abro para crecer” todo lo que se abre va hacia la vida.
“Me cierro para protegerme” todo lo que se cierra va hacia la supervivencia.
Bloqueamos LA VIDA –dentro de las células-cuando nos sentimos amenazados, en peligro, o cuando tenemos miedo. Miedo a la
muerte, al dolor, a la separación, a perder mis seres queridos, a las enfermedades, a la pobreza, a que me abandonen, al rechazo, a la soledad, etc.

(Extraído del trabajo de Montserrat Gascón, de su libro “Viva el pericardio libre”)