martes, 15 de septiembre de 2009

UNA CANCION PROTESTA

Dedicado a todos quienes creen que una vida humana es mucho más valiosa que un barril de petróleo o un pedazo de tierra.


Querido sr. presidente,
Na, na, na, na,
Querido señor presidente,venga a caminar conmigo,
finjamos que solo somos 2 personas,
y que usted no es mejor que yo,
Me gustaría hacerle algunas preguntas,
Si es que podemos hablar honestamente,
Que siente cuando ve las casas destruidas en la calle?

Como reza en la noche antes de dormir,
Que siente cuando se ve en el espejo?
Está orgulloso?

CORO:
Cómo duerme mientras el resto de nosotros llora?
Cómo puede soñar mientras una madre
no tiene otra opcion de decir adiós?
Como camina con la cabeza tan levantada
Acaso puede solo verme a los ojos
y decirme POR QUE?
Querido señor presidente

Fue usted un niño solitario?
Es usted un niño solitario?
Como puede decir:
“NINGUN NIÑO ESTA SIENDO DEJADO ATRAS”?
no somos mudos y no somos ciegos
Ellos están sentados en su miseria
Mientras usted paga el camino al infierno
Que clase de padre no querría llevar a su hija

por el camino correcto?
Que clase de padre odiaría a su propia hija
Por ser gay?
Yo solo puedo imaginar a la primera dama que tuvo que decir:

Has avanzado tanto desde un largo camino
De wiskey y cocaéna
CORO
Déjame hablarte de trabajo duro

Construir una cama con cajas de cartón
Déjame hablarte de trabajo duro
Reconstruir tu casa después de que las bombasse la llevaron
Déjame hablarte de tabajo duro
trabajo duro X3
Tú no sabes nada de trabajo duro¡¡
Cómo puedes dormir en la noche?

Cómo puede caminar con la cabeza tan alta?
Señor presidente… usted nunca tomaría una
caminata conmigo… podría??

martes, 1 de septiembre de 2009

EL TIEMPO, LA PACIENCIA Y EL BAMBU JAPONÉS


Crecimiento Del Bambú

No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego. También es obvio que quien cultiva la tierra no se detiene impaciente frente a la semilla sembrada, y grita con todas sus fuerzas: ¡Crece, maldita sea!

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú y que lo transforma en no apto para impacientes: Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece ...

¡más de 30metros! ¿Tardó sólo seis semanas crecer?
No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.
Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.
Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.
Es tarea difícil convencer al impaciente que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado.
De igual manera es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo.Y esto puede ser extremadamente frustrante.
En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que en tanto no bajemos los brazos -, ni abandonemos por no “ver” el resultado que esperamos-, si está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando.
Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.
El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación.Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros.Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.
Tiempo… Cómo nos cuestan las esperas, qué poco ejercitamos la paciencia en este mundo agitado en el que vivimos…
Perdemos la fe cuando los resultados no se dan en el plazo que esperábamos, abandonamos nuestros sueños, nos generamos patologías que provienen de la ansiedad, del estrés…Te propongo tratar de recuperar la perseverancia, la espera, la aceptación.Si no consigues lo que anhelas, no desesperes…quizá solo estés echando raíces….